Salir y merodear,concientemente la calle se vuelve ciudad ojerosa cuando es de madrugada.Exacto momento perplejo para ver el tiempo desfilar,con las manos en los bolsillos y los cordones levemente atados.
Quizas no volver hasta clarear.
Y si volvemos que sea tarde,para apoyar la nuca en una almohada caliente.y extender los brazos al aire.
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